El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, habló sobre el boliche clandestino que allanaron en un edificio estatal cedido supuestamente a la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo y aseguró que, también, había un gimnasio, viviendas y un bar. Además, el funcionario brindó detalles de las irregularidades que presentan varios inmuebles estatales y aseguró que “hay que ordenar y aniquilar el Estado” y “mejorar la Justicia”.

“La Argentina es un entramado deliberado para nombrar gente. Nos han abusado, hay que ordenar y aniquilar este Estado que debe ser eficiente”, sentenció en LN+. “Nosotros somos servidores del Estado. Tenemos que venir a darles un servicio, no esta porquería que descubrimos”, agregó, en referencia al boliche clandestino que denunció la administración libertaria.

“Me da vergüenza. Lo que han hecho es un papelón por eso hay que tener en cuenta quién es quién”, sentenció.

Edificios destruidos

“La decisión de Javier Milei es que cambiemos la justicia, la mejoremos y cuidemos el patrimonio de los argentinos. Ahí teníamos un montón de inmuebles, los fuimos revisando, achicando, muchos entregamos al Administrador de Bienes y el Estado (ABE) y otros los fuimos juntando. Sacamos viáticos, horas extras, redujimos plantas. En esa tarea de investigación encontramos muchos edificios destruidos, pero ninguno como este”, puntualizó.

En la misma línea, sostuvo que tras el allanamiento del edificio ubicado en avenida Rivadavia N°2749/ 89 y Pueyrredón N°19, se comprobó un hecho de malversación dolosa. Ahora vamos por los autores que son dos”, prometió.

“No podemos permitir que el delito se siga consumando. Pedí que se haga el allanamiento, ordene el desalojo y devuélvalo al Estado para que se lo entregue al ABE para que disponga del inmueble”, aseveró.

Por su parte, destacó la premisa de achicar el Estado para alcanzar en déficit y se jactó de ser la cartera que más redujo su planta. Además, prometió cambios en la ley, y manifestó su intención de crear un registro automotor único, digital y simple.

“Soy el enemigo número uno de los registros. Doy la batalla cultural, mil peleas, y quiero achicar los registros porque es un sistema perverso, que incrementa el precio de un vehículo y yo lo reduje a uno”, cerró.